Las redes
sociales están en auge, Facebook, twitter, badoo, etc. Son paginas donde uno
conoce personas, donde también agrega personas conocidas, y donde, porque no,
según las propagandas, puede encontrar al amor de su vida.
Fue así que
alguna vez me introdujeron a badoo. Una página, donde bajas fotos, y ves fotos
y perfiles de personas de todo el mundo, pudiendo buscar a la persona
detallando edad, sexo, lugar de residencia y algunos detalles más, y obviamente
fotos.
Allí comencé a
conocer gente “chateando”. Cabe aclarar que mi humor ácido e irónico que tengo
en vivo y en directo es muy difícil de plasmar escribiendo en el chat, ya que
los sonidos no salen, uno trata de expresar lo que quiere decir pero muchas
veces la otra persona lo interpreta diferente, y por otra parte si le decís vamos a poner la cámara web,
enseguida se ponen en bolas, así, lisa y llanamente.
Entonces conocía
chicos lindos, que supuestamente tenían ambiciones, gustos parecidos, y que
prácticamente te aman.
Enseguida sale
el vamos a conocernos de parte de ellos, y a mí me resulta complicado decir,
bueno vamos a conocernos, es como una cita a ciegas pero donde a la otra
persona no la conoce ningún conocido tuyo, entonces pasa a ser desde Jack el
destripador hasta Hannibal Lecter, y después me pongo a pensar, así como estoy
yo en el chat debe haber personas como yo, así como las conozco en el boliche y
también pueden terminar siendo Jack o Hannibal. Entonces me dicen, luego de que
puse tantos peros que se ve que no les intereso y me eliminan.
Eso o peores
cosas. Por ejemplo una anécdota curiosa, conozco a un chico por badoo, y
comenzamos a chatear por MSN, cabe aclarar para que la historia sea más nítida
que era bellísimo, ojos celestes, un lomazo pocas veces vistos y para sumar un
poco más, muy simpático. Hablábamos de todo, le conté de mi profesión,
kinesióloga con mucho amor por la neurokinesiología, me conto que tenía un
sobrino con parálisis cerebral, que la hermana no hacía mucho por él y que eso le daba mucha bronca, y me pareció
una buena persona, un hombre de su casa. Cada vez q hablábamos era un chico
ubicado, nunca una proposición de que ponga la cámara para ponerse en bolas por
ejemplo, y yo dije bueno al fin uno bueno por el chat. Y así chateamos una
semana.
Luego paso un día
que no me escribía, y dije, listo, es como todos, se cansó y no me habla más,
entonces me digo, ya fue, le pregunto, y así fue que me dispuse a escribirle,
le digo, hola, parece que no me hablas más, pensé que había buena onda, pero
veo que no. A lo que enseguida me responde … naty, tengo un kilombo… y yo dije,
ahora con que me saldrá, que tiene novia, que esta casado y la mujer lo
descubrió en algo, que de pronto se dio cuenta que es gay ( ya me había
ocurrido anteriormente asi que no es totalmente desechable) pero no, cuando le
pregunto que es lo que te paso, si se puede saber, me conto lo siguiente,
exactamente como lo escribo me puso : “mate a un tipo”.
Casi me caigo de
traste de la silla, le respondo preguntándole que paso, a lo que me contesta
que le quisieron robar el auto del padre y agarro un cuchillo y degolló al ladrón,
luego se escapo, llego ensangrentado a la casa llorando y el padre le dijo que
iba a vender el auto y lo iba a mandar a vivir al sur a la casa de una tía. A
todo esto yo le contesto que tiene que hacer la denuncia, que no puede quedarse
con esto en su conciencia, y me dice que no puede, que hablo con un abogado que
le dijo que lo mejor era no hacer la denuncia.
En ese momento
dije este chico no está bien, si es cierto se lo está contando a una chica que
ni siquiera conoce personalmente, que conoce por chat hace una semana,
parecería más una conducta perversa para ver si me enganchaba con la historia.
A todo esto yo
le respondo que de una tiene que ir a hacer la denuncia y él me pone y vos como
andas. Ahí fue cuando dije este chico no está bien, me pregunto tranquilo como
si me hubiera contado que ese día comió hamburguesas al mediodía, a lo cual yo
le respondo, por lo que se ve mejor que vos estoy. Y le vuelvo a repetir, de
una, tenes que ir a hacer la denuncia, a lo que él me responde, y cito
textualmente “de una te voy a comer la boca”. Ahí fue el fin de mi conversación
con él, invente que tenía que irme a dormir y lo elimine. Y me dije, y si, era
lo que me faltaba, un asesino degollador para sumar a la lista de mis
enamorados freaks.
Al día siguiente se
lo conté a mis amigas, todas murieron de risa con la historia, si, de risa, no
piensen mal que no conocieron al degollador. Y bueno decidimos salir al boliche
a bailar, para que pueda olvidarme de esta situación...
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